Empezaron con dos colmenas en el patio, crearon una miel que se consagró en Bélgica y la venden a $3500
Ángeles y Maximiliano dejaron todo para dedicarse a la apicultura familiar y con sus frascos de miel cristalina lograron llevar a la Argentina a lo más alto.
La miel argentina ganó una medalla de bronce y se consagró en Bélgica con un frasco que partió desde Mar del Plata. ¿Quiénes lo lograron? Una familia que empezó en el patio de su casa con dos colmenas, dejó todo para dedicarse a las abejas y ahora vende sus mieles premium a orillas del mar desde $3500.
Los protagonistas de este hito son Maximiliano Sosa y María de los Ángeles Gallo, una pareja marplatense que le dedica su vida a la apicultura a raíz de una inquietud que nació en la escuela, pero también para poder pasar más tiempo con sus hijos.
“Nosotros empezamos con dos colmenitas en el patio de nuestra casa”, contó a TN Ángeles sobre cómo comenzó el emprendimiento que llegó al podio del Congreso Internacional de Apicultura. Ella, que “no tenía idea de las abejas” decidió acompañar a su pareja con en curso que se dictaba en una escuela agropecuaria por curiosidad y también entender qué era lo que lo apasionaba a su esposo. “En ese momento, hace 25 años, no había mucha apicultura de mujeres porque es un trabajo de mucha fuerza, pero él hacía su experiencia en empresas y yo lo ayudaba con nuestras colmenas”, agregó.
Todo cambió cuando quedó embarazada de su segundo hijo y se empezó a complicar la situación laboral: “Yo vendía ropa y me costaba tener un trabajo en relación de dependencia por los horarios de las guarderías y la organización. Ahí, tomé la decisión de involucrarme más en el emprendimiento”.
Así, no sólo comenzaron a expandir su producción a los patios del resto de su familia y comprar más colmenas, sino que Maximiliano decidió también dejar su trabajo en una empresa para dedicarse de lleno a crear nuevos sabores en sus mieles.
“Después de trabajar dos años y adquirir mucha experiencia, dijimos ¿qué hacemos? Y optamos seguir por nuestro lado porque era algo que nos apasionaba mucho”, dijo Sosa y ella subrayó: “Nosotros vendíamos la miel fraccionada, pero hubo un momento en que la miel bajó de precio y me pareció muy injusto porque la miel argentina en otros países la usan para cortar otras. Entonces empezamos a ir a ferias y vender por nuestro lado”.
¿Cómo fue el camino al éxito? Maxi y Ángeles instalaron más colmenas, en la casa del hermano de él, y empezaron a vender en ferias, el colegio de sus tres hijos y a los comercios de Mar del Plata. Ellos se encargaban de toda la producción, desde “criar” las abejas hasta coordinar cada pedido. Sin embargo, una corazonada de ella logró que su miel trascienda la ciudad, la provincia y, sobre todo, el país.
“En 2019 presenté muestras en la Expo Miel de Azul y entre 96 participantes de todo el país sacamos el primer premio. Con la pandemia en el medio, en el 2022 ganamos el concurso provincial de mieles y el año pasado tuvimos el primer premio en Caminos y Sabores, lo que nos dio mucha visibilidad porque hubo una cata por expertos y también con la gente que pasaba por los stands”, explicaron. El empujón de estos reconocimientos los llevó a impulsar su marca en la Costa y también tener la ilusión de competir en el Congreso Internacional de Apicultura, APIMONDIA.
Según contaron, la competencia en la que se eligen las mejores mieles del mundo se realiza cada dos años, en Europa y América. En septiembre del 2023, la cita tuvo lugar en Chile, aunque la definición fue en Bélgica, justamente dónde están los mejores laboratorios para descubrir cualquier tipo de fraude. “Yo le dije a Maxi, de alguna forma quiero que nuestra miel esté”, aseguró Ángeles e inició el plan para cumplir su meta. Respecto al concurso, detalló: “Para poder participar, tenés que comprar una entrada, registrarte y presentarlas personalmente. El jurado lo integran 70 personas de todo el mundo. Primero se hace una cata y después estudios en distintas etapas”.
Finalmente, faltando un día para el cierre de la inscripción, decidieron jugársela y enfrentaron a 30 países, en una cata de 15 mesas. “En la primera instancia quedaron 61 mieles seleccionadas y recién en marzo tuvimos noticias porque se tuvieron que hacer muchos análisis en Chile, en la Argentina y por último a Bélgica, dónde 32 quedaron eliminadas. Dentro de las 29 que quedaron, nos ganamos una medalla de bronce en nuestra categoría”, mencionó la apicultora sobre la travesía que hicieron sus frascos y la consagración.
La miel del éxito con el toque especial de la costa bonaerense
Kinturray es un vocablo aborigen que significa “la que busca hallar el néctar y la esencia de la flor” y es el nombre que eligieron para su marca, que no sólo incluye frascos de miel con canela, chocolate e higos, sino también polen y caramelos. Tal como contó la familia, su materia prima es multifloral, ya que sus colmenas están en los alrededores de Mar del Plata, en campos ganaderos, dónde la abeja trabaja sobre las flores de pastura.
Junto a sus hijos Tahiel, León y Brisa, la pareja participa de distintas ferias artesanales, distribuye en distintos comercios de la zona, en la escuela de los chicos y todos los domingos a orillas de la costa bonaerense. “A ellos lo que más les gusta es vender, el del medio a sus compañeros y a las maestras, y la más chiquita nos acompaña con el gazebo a la feria porque le encanta”, mencionó Ángeles.
Tras el éxito en Chile, la familia busca expandir su miel premium que cuesta dese $3500 a $5000 al resto del país y mantiene el sueño de poder exportar. Por el momento, los clientes se contactan por redes sociales o en los distintos eventos, como Caminos y Sabores, la feria gastronómica que junta productores de todo el país en La Rural.
Fuente: TN