La belleza y el encanto de La Carolina se muestran al mundo en Netflix

‘El hombre que amaba los platos voladores’, la película protagonizada por Leonardo Sbaraglia, se posicionó desde su estreno entre las diez películas más vistas de la plataforma. Los cautivantes paisajes naturales del pueblo turístico más lindo del mundo tienen una presencia sobresaliente dentro del film.

 

Hace dos semanas se estrenó en Netflix el film ‘El hombre que amaba los platos voladores’, dirigida por Diego Lerman, y desde ese momento ha logrado una amplia repercusión a nivel nacional y mundial. La historia transporta a los espectadores a finales de los ’80, con una trama centrada en José de Zer (interpretado por Leonardo Sbaraglia), un intrépido periodista de espectáculos que recibe una tentadora propuesta: viajar a un pequeño pueblo en Córdoba para investigar un misterioso círculo que apareció en un campo, atribuido a una posible visita extraterrestre, cuya cobertura se convierte en un mito de la pantalla chica argentina. José, junto a su fiel camarógrafo, ‘El Chango’, se sumerge en un mundo de contradicciones y especulaciones, teorías conspirativas y encuentros cercanos del tercer tipo.

 

El rodaje se realizó en San Luis, Córdoba, Mendoza y Buenos Aires. En San Luis, el lugar elegido para el rodaje fue La Carolina. Las escenas que se filmaron el año pasado muestran los deslumbrantes paisajes serranos del pueblo turístico galardonado como el más lindo del mundo. Cuando el equipo técnico y actoral se instaló allí, la localidad vio alterada su habitual dinámica, ya que la filmación ocupó gran parte de su infraestructura hotelera y gastronómica.

 

Días atrás, en una entrevista con Beto Casella dentro de su programa ‘Nadie Nos Para’ el propio Sbaraglia recordó el proceso de filmación y se refirió a los encantos de la localidad de ‘oro’: “Tenemos lugares increíbles en el país. Nosotros filmamos en el desierto de Nihuil en Mendoza y en La Carolina, un pueblo de San Luis de 150 habitantes que es considerado de los más lindos del mundo. Es un lugar hermoso, es patrimonio de la humanidad”.

 

Vale aclarar que los realizadores no filmaron en el Cerro Uritorco, el lugar donde suceden los hechos narrados en la película, debido al gran movimiento turístico de esa zona. Por ese motivo y con muy buen criterio, el director Lerman eligió centrarse en La Carolina donde rodaron durante más de un mes. En la charla radial, Sbaraglia también mencionó que prácticamente todos los habitantes del pueblo participaron como extras de la filmación y destacó el trato cálido y afectuoso que recibieron de parte de todos ellos.

 

Por otra parte, hubo diferentes técnicos locales de dirección, producción y vestuario que fueron convocados para ser parte del proceso de rodaje que se realizó en la localidad. Uno de ellos es Martín Poblete, quien recuerda la experiencia como un hito significativo en su carrera profesional. “Yo trabajo hace tiempo en cine y audiovisuales. He trabajado más que nada en edición, dirección y producción. Me convocaron como ayudante de dirección, puntualmente estuve más enfocado en ayudar a coordinar a los extras. Tuve que concurrir durante 5 jornadas, que fueron los días donde más extras se necesitaron”, describió.

 

“Recuerdo que yo iba desde San Luis en un colectivo con un chofer y pasábamos a buscar gente por Juana Koslay, El Volcán, La Florida y la zona de La Carolina. Todos ellos participaban como extras. A mí me tocaba coordinar ese proceso y mantener contacto con esas 80 personas. Además, les tenía que indicar dónde tenían que cambiarse, los llevaba con el personal de vestuario y luego cuando estaban listos, los acompañaba al lugar del set donde iban a filmar. Después, los llevábamos a comer. En un momento también me tocó asistir a los integrantes del elenco principal”, detalló Martín.

 

“Era un despliegue de producción impresionante y un trabajo de organización muy prolijo. Había muchas cosas que yo nunca antes vi, como unas grúas que usaban para sostener unas luces gigantes que simulaban la luz de la luna. Son detalles que solo se ven en una realización de Netflix. Fue una experiencia increíble”, expresó el profesional sanluiseño. “Considero que La Carolina puede ser un punto cinematográfico muy destacable. Se pueden hacer grandes trabajos allí, al igual que en otras zonas locales. Hay varios factores que permiten que se pueda realizar cine en estos lugares como la belleza de los paisajes, el poco tránsito de personas, tan necesario en un film de época como este. Eso, por ejemplo, impidió que se pudiera filmar en el Cerro Uritorco, debido a la gran cantidad de gente y vehículos que suele haber en ese atractivo. Es muy relevante para toda la provincia que La Carolina se muestre en una plataforma tan masiva y de tanto nivel como es Netflix”, analizó Poblete.