El gobernador Claudio Poggi retoma un plan que había quedado postergado por la anterior gestión. La posibilidad de que el Hospital ‘Ramón Carrillo’ cuente con una unidad de trasplante renal, comienza a tomar forma.

 

En diciembre de 2015 la concreción de una política pública fundamental como es la de facilitar los trasplantes renales estaba en su etapa final, por lo que deberían haber comenzado a realizarse en enero de 2016. Hubiese significado un cambio en la calidad de vida de todos los enfermos renales y un salto en la atención de la complejidad de la salud pública; pero todo lo que se había construido se derrumbó en pocos días por la gestión del gobierno que asumió en ese momento.

 

En ese entonces, a días de finalizar su primer mandato como gobernador, Claudio Poggi expresaba: “Los trasplantes se harán en San Luis en el marco del Plan Maestro de Salud. Vamos a cuidar al paciente renal. Realizar el primer trasplante será demostrar que se puede y que la vida va a cambiar a partir de esto”, decía.

 

Un objetivo que nació hace 10 años

 

En el mes de agosto de 2014, Poggi impulsó la formación de un equipo de profesionales y técnicos de la salud pública para la realización de prácticas de trasplante renal con donante vivo y donante cadavérico, las evaluaciones de pre-trasplante para el acceso a lista de espera y el seguimiento del paciente post-trasplante.

 

En ese entonces, se habilitó el Hospital San Luis, se capacitó a los profesionales para la práctica de ablación e implante de riñón y uréter, para la evaluación pre-trasplante y el seguimiento post-trasplante conforme a la normativa específica emanada por el Incucai. Los quirófanos de alta complejidad del Hospital San Luis se adecuaron para cumplir los requisitos necesarios para la realización de trasplantes.

 

Además, mediante un decreto, se creó el “Instituto de Investigación y Trasplante San Luis’, cuya misión era impulsar, normatizar, promover, regular y coordinar las actividades relacionadas con la procuración y el trasplante de órganos, tejidos y células en el ámbito provincial, garantizando transparencia, equidad y calidad. Iba a funcionar en el Hospital San Luis.

 

La creación de la Unidad de Trasplante Renal en San Luis hubiese permitido aumentar la accesibilidad del paciente renal crónico a la lista de espera para trasplantes, optimizando el tiempo de estudios médicos y disminuyendo la brecha entre pacientes en diálisis y lista de espera y los tiempos de estudios pre-trasplante.

 

De haberse continuado este plan, se habría podido aumentar el número de trasplantes anuales en la región, fomentando la procuración de órganos y prestigiando el sistema público de salud de San Luis, pero todo se destruyó.

 

Retomar un camino abandonado

 

Este martes 23 de julio, nuevamente el Gobernador, en su segundo mandato, vuelve a impulsar un plan que será motivo de esperanza y alegría para los cientos de enfermos renales de San Luis que esperan un trasplante.